lunes, 23 de noviembre de 2009

Ecosistema

La importancia de cuidar el ECOSISTEMA
Cuando llega el verano nos sentimos atraídos por el mar. Las multitudes se congregan en las playas en busca de un contacto con las olas del mar que nos produzcan placer y descanso. Pero el paso humano deja su huella fatal en las Playas de arena.
Millones de bolsas de nylon y plásticos de todo tipo son abandonados en la costa y el viento o las mareas se encargan de arrastrarlos al mar.
Una bolsa de nylon puede navegar varias decenas de años sin degradarse.
Las tortugas marinas las confunden con medusas y las comen ahogándose en el intento por tragarlas.
Miles de delfines caen también en la confusión y mueren ahogados.
Ellos no pueden reconocer los desperdicios humanos, simplemente se confunden, después de todo, "lo que flota en el mar se come". La tapa plástica de una botella, mas dura que una bolsa, puede permanecer inalterable navegando por los mares por mas de un siglo.
El Dr. James Ludwing, mediambientalista norteamericano, que se encontraba estudiando al albatros en la Isla de Midway, en el Pacifico, muy lejos de los centros poblados, hizo un hallazgo espantoso. Cuando comenzó a estudiar el contenido del estómago de solo ocho pichones de albatros muertos encontró: 42 tapas plásticas de botellas, 18 encendedores, restos flotantes que en su mayoría eran pequeños pedacitos de plástico. Estos pichones habían sido alimentados por sus padres que no pudieron reconocer los desperdicios al momento de elegir su alimento.
El próximo verano, cuando visites tu playa preferida, tal vez encuentres en la arena basura que otra persona arrojó. No es tu basura, pero es TU PLAYA, es TU MAR, es TU MUNDO y debes hacer algo por ellos.
Muchos padres juegan con sus hijos el juego de "A ver... ? quién consigue juntar la mayor cantidad de plásticos?" en medio de una inolvidable lección de ecología. Otros, en silencio, toman un plástico abandonado y lo llevan con ellos a sus casas, lejos del mar.
Los verás pasar sonrientes, saben que han salvado a un delfín.
Fuente: MundoEcologia.com

Calentamiento global ¿El hombre contribuye?
Teniendo en cuenta la importancia de este tema de debates e investigaciones a nivel mundial, nos preguntábamos si el hombre es responsable por el calentamiento global, qué consecuencias nos puede acarrear el calentamiento de la Tierra y si el hombre está contribuyendo o no.
Es verdad que existen gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento de la atmósfera al captar los rayos infrarrojos y que algunos están presentes de forma natural en la atmósfera como el dióxido de carbono, el metano o el óxido nitroso, pero otros son el resultado de la actividad humana.
Los gases de efecto invernadero están aumentando en la base de la atmósfera. Si bien es cierto que varios de los factores son consecuencias naturales, también es cierto que ciertas actividades humanas están intensificando el calentamiento global. Es innegable, a pesar de lo que muchos puedan pretender, que el hombre es la fuente de la aceleración del calentamiento.
Los datos más fiables indican que la temperatura global promedio ha aumentado 0.6ºC entre fines del siglo XIX y el año 2000. Las estimaciones más pesimistas pronostican un aumento de 3ºC de aquí a 100 años y las más optimistas calculan un aumento de 1,7ºC por siglo.
Estas cifras indican la urgente necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. De hecho, si no se hace nada, entonces la Tierra experimentaría un calor comparable al que reinó hace 100.000 años.
Desde el momento que existe un calentamiento, también existe un aumento del nivel del mar. Algunas estimaciones prevén un incremento de 80 cm durante el siglo XXI. Esto puede parecer ínfimo y, sin embargo, esta elevación podría traer graves consecuencias para algunas regiones.
Varias miles de islas habitadas, especialmente en el Caribe, en el Océano Índico y en el Océano Pacífico, podrían ser parcialmente hundidas. Muchas zonas costeras en Florida, en los Países Bajos, en África occidental, en China y los deltas de los grandes ríos también se verían amenazados por la invasión del mar.
Millones de personas que viven en el delta de los ríos Ganges y Brahmaputra en Bangladesh, sería afectadas por el aumento del nivel del mar. Una inundación en el delta del Nilo privaría a Egipto del 20% de sus tierras agrícolas.
El equilibrio climático de la Tierra es muy frágil y, difícilmente, midamos nosotros todavía el grado en el que nos afectará el calentamiento global. La subida de las aguas es, quizás, el único efecto más aceptado, pero ésta no es la única consecuencia. Además, están previstas la intensificación de las sequías, la desaparición de la tundra y el aumento de los números de ciclones.
Por la liberación de agua fría en el Atlántico Norte, las mayores pérdidas en deshielos están previstas en la costa sureste de Groenlandia. Según la NASA, las zonas costeras de Groenlandia ya han perdido 155 millones de toneladas entre 2003 y 2005.
Los seres humanos debemos reaccionar y no contribuir a acelerar artificialmente el calentamiento global. Varias actividades humanas aumentan la concentración de gases de invernadero en la atmósfera. La agricultura intensiva emplea fertilizantes que liberan mucho óxido nitroso. Los sistemas de aire acondicionado, los vehículos que emiten dióxido de carbono, las usinas que queman combustibles fósiles (carbón, gas natural, petróleo) y los incendios.
Todo indica que este calentamiento global estará seguido por un nuevo período glaciar. Por supuesto, se trata de una predicción algo remota. No obstante, es urgente que nos ocupemos de nuestro presente y de nuestro futuro demostrando que somos responsables.
Sin embargo, aunque todos los países ratificaran el Protocolo de Kioto de 1997, igual va a ser difícil revertir esta situación. Lo más indicado sería que todos los países aceptaran dejar de utilizar los combustibles fósiles (petróleo, carbón) al provecho de las energías renovables.
Mientras que se debería estar trabajando con la mayor urgencia posible, aún no se ha fijado ningún calendario para el segundo período de compromiso del Protocolo de Kioto, sólo para el año 2012.
Nuestras reservas de combustibles fósiles nos permiten utilizarlo aún por unos 50 años. Aunque para el 2050 sólo utilizáramos energías renovables, serían necesarios decenios para disminuir el calentamiento global.
Este calentamiento de la Tierra tendrá una consecuencia evidente sobre nuestro planeta y, especialmente, sobre nuestros recursos. ¿A cuántos millones de personas será necesario desplazar? ¿Cuántas especies se seguirán perdiendo en la tierra y en el mar? ¿Se recuperarán? ¿Cuántas tierras que hoy son fértiles se volverán estériles
Teniendo en cuenta la importancia de este tema de debates e investigaciones a nivel mundial, nos preguntábamos si el hombre es responsable por el calentamiento global, qué consecuencias nos puede acarrear el calentamiento de la Tierra y si el hombre está contribuyendo o no.
Es verdad que existen gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento de la atmósfera al captar los rayos infrarrojos y que algunos están presentes de forma natural en la atmósfera como el dióxido de carbono, el metano o el óxido nitroso, pero otros son el resultado de la actividad humana.
Los gases de efecto invernadero están aumentando en la base de la atmósfera. Si bien es cierto que varios de los factores son consecuencias naturales, también es cierto que ciertas actividades humanas están intensificando el calentamiento global. Es innegable, a pesar de lo que muchos puedan pretender, que el hombre es la fuente de la aceleración del calentamiento.
Los datos más fiables indican que la temperatura global promedio ha aumentado 0.6ºC entre fines del siglo XIX y el año 2000. Las estimaciones más pesimistas pronostican un aumento de 3ºC de aquí a 100 años y las más optimistas calculan un aumento de 1,7ºC por siglo.
Estas cifras indican la urgente necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. De hecho, si no se hace nada, entonces la Tierra experimentaría un calor comparable al que reinó hace 100.000 años.
Desde el momento que existe un calentamiento, también existe un aumento del nivel del mar. Algunas estimaciones prevén un incremento de 80 cm durante el siglo XXI. Esto puede parecer ínfimo y, sin embargo, esta elevación podría traer graves consecuencias para algunas regiones.
Varias miles de islas habitadas, especialmente en el Caribe, en el Océano Índico y en el Océano Pacífico, podrían ser parcialmente hundidas. Muchas zonas costeras en Florida, en los Países Bajos, en África occidental, en China y los deltas de los grandes ríos también se verían amenazados por la invasión del mar.
Millones de personas que viven en el delta de los ríos Ganges y Brahmaputra en Bangladesh, sería afectadas por el aumento del nivel del mar. Una inundación en el delta del Nilo privaría a Egipto del 20% de sus tierras agrícolas.
El equilibrio climático de la Tierra es muy frágil y, difícilmente, midamos nosotros todavía el grado en el que nos afectará el calentamiento global. La subida de las aguas es, quizás, el único efecto más aceptado, pero ésta no es la única consecuencia. Además, están previstas la intensificación de las sequías, la desaparición de la tundra y el aumento de los números de ciclones.
Por la liberación de agua fría en el Atlántico Norte, las mayores pérdidas en deshielos están previstas en la costa sureste de Groenlandia. Según la NASA, las zonas costeras de Groenlandia ya han perdido 155 millones de toneladas entre 2003 y 2005.
Los seres humanos debemos reaccionar y no contribuir a acelerar artificialmente el calentamiento global. Varias actividades humanas aumentan la concentración de gases de invernadero en la atmósfera. La agricultura intensiva emplea fertilizantes que liberan mucho óxido nitroso. Los sistemas de aire acondicionado, los vehículos que emiten dióxido de carbono, las usinas que queman combustibles fósiles (carbón, gas natural, petróleo) y los incendios.
Todo indica que este calentamiento global estará seguido por un nuevo período glaciar. Por supuesto, se trata de una predicción algo remota. No obstante, es urgente que nos ocupemos de nuestro presente y de nuestro futuro demostrando que somos responsables.
Sin embargo, aunque todos los países ratificaran el Protocolo de Kioto de 1997, igual va a ser difícil revertir esta situación. Lo más indicado sería que todos los países aceptaran dejar de utilizar los combustibles fósiles (petróleo, carbón) al provecho de las energías renovables.
Mientras que se debería estar trabajando con la mayor urgencia posible, aún no se ha fijado ningún calendario para el segundo período de compromiso del Protocolo de Kioto, sólo para el año 2012.

Nuestras reservas de combustibles fósiles nos permiten utilizarlo aún por unos 50 años. Aunque para el 2050 sólo utilizáramos energías renovables, serían necesarios decenios para disminuir el calentamiento global.
Este calentamiento de la Tierra tendrá una consecuencia evidente sobre nuestro planeta y, especialmente, sobre nuestros recursos. ¿A cuántos millones de personas será necesario desplazar? ¿Cuántas especies se seguirán perdiendo en la tierra y en el mar? ¿Se recuperarán? ¿Cuántas tierras que hoy son fértiles se volverán estériles

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